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domingo, 29 de noviembre de 2009

X-Men: Magneto Testamento. Imprescindible.

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De vez en cuando los editores intentan que sus personajes tengan una profundidad lejos de la mediocridad con la que día a día imprimen en sus hojas. Esas ocasiones son contadas y cuando se hace bien resulta un producto más que satisfactorio. Personalmente, es algo muy meritorio coger un personaje ultra-popular y -generalmente- vacio y despojarle de sus "atributos clásicos" para contar una historia que merezca la pena.
Ya comenté el comic Dios ama, el Hombre mata, que iba por este camino. Coger a Superheroes y "quitarles sus poderes". Darles una vida normal, lejos de hechos asombrosos y/o increibles para que sus tribulaciones nos resulten cercanas, casi cotidianas.



Ahora le toca el turno a Magneto, o mejor dicho a Max Eisenhardt. Un adolescente judio que crece dentro del mismo huevo de la serpiente, la Alemania pro-Hitleriana. Que sufre la incipiente represión antisemita que lo empuja a huir a Polonia y vivir en el gueto de Varsovia. Para acabar por servir en el Kommando Kanada -aquellos judios que hacen el trabajo sucio para sus carceleros alemanes- del campo de concentración de Auschwitz. Todo relatado sin superpoderes. Pues no hay superheroes ficticios que se opongan a tal maldad real. Una demostración más de lo capaz que es el hombre de realizar las mayores barbaries a sus semejantes. A pesar que nada se represente realmente cruel, si se utilizan metáforas y recursos gráficos que no dejan lugar a dudas del Holocausto que está ocurriendo. Una novela gráfica que recomiendo a todos y especialmente a aquellos que reniegan de los superheroes.
El valor de esta obra -y tal vez su defecto por intentar abarcar demasiado y a veces dejar algo flojo el guión- es plasmar todo el Holocausto desde su inicio, "la noche de los cristales rotos", hasta el fin de la 2ª Guerra Mundial. Todo desde el punto de vista del sufrimiento de aquellos que no se creen lo que está sucediendo, por lo increiblemente malvado; o los que no pueden hacer nada pues carecen de la fuerza para oponerse.



Respecto a su protagonista, es un acercamiento más creible que lo visto en la pantalla grande en los X-Men de Bryan Singer. Donde un adolescente Magneto demuestra sus poderes delante de sus carceleros. Hecho que no trae más consecuencias a pesar de lo extraordinario. En cambio, este relato, solo en 2 ocasiones se hace referencia a las habilidades mutantes y de manera magistral para que ello no empañen el conjunto de la obra.

Un saludo desde la Oscuridad!.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Un poco Friki si soy.





Si bien no consigo comulgar con todos los preceptos de la Biblia Friki, he de reconocer que un poco si lo soy. Mi gustos, como digo en mi perfil, abarcan: cine, música de cine, comics, figuras de Star Wars y de otras colecciones. Y si en algo me identifico con esta tribu? es la afición de atesorarlos. Pasarme horas buscando en tiendas o páginas de Internet especializadas, mis objetos más deseados. Y sobre todo disfrutar con su contemplación. Por ello, el mejor mueble de mi casa es una vitrina expositora. La cual voy modificando en contenido y distribución según se me antoja.
Como digo, la vitrina, va variando. Empezó siendo dedicada exclusivamente a Star Wars y una mínima parte a Superheroes. Pero con el tiempo se ha quedado dividida entre Star Wars, la afición a réplicas de máquinas de guerra de la 2ª Guerra Mundial y un popurrí de Superheroes y otras figuras diversas.
Sobre Star Wars, que es lo que más me une al Frikismo, he llegado a un punto que mis últimas adquisiciones son muy escasas y más espaciadas en el tiempo. Sobre todo porque la gran mayoría de lo que se saca actualmente son rediciones -eso sí, mejoradas- de otras antiguas, o son de la última trilogía -la cual no me gusta mucho-. Eso, unido a la acumulación de material, me obliga a ser muy selectivo. Aún así, la joya de la corona ha sido de reciente adquisición: el nuevo Halcón Milenario. Una gozada en todos los sentidos.



Las réplicas de carros de combate u otros artefactos de la 2ª Guerra Mundial viene desde muy niño cuando jugaba a soldaditos. Siempre me gustaron las unidades alemanas y las he considerado belicamente muy superiores a las de sus adversarios. Otra cosa es que su ideología fuera repugnante y estuvieran liderados por un loco maniaco. Pero a lo que voy. El que actualmente varias casas fabricantes realicen réplicas a escala muy detalladas de estas, me ha animado a intentar hacer pequeños dioramas. Pero dejando claro que soy muy negado para los trabajos manuales (no tengo manos sino muñones). Y con mi hijo, estamos empezando a pintar y montar algunas figuras y artefactos de escala 1:35 y 1:72. Lo que queda claro es que además de mi torpeza como maquetista, desconozco casi todo sobre el ejercito. En cualquier de ellos se pueden ver unidades del ejercito mezcladas sin ton ni son. El primer diorama intenta plasmar un enfrentamiento entre fuerzas alemanas y americanas entre ruinas.



El segundo es la defensa de tropas alemanas de una posición elevada.



Por mi afición a los comics y el cine, no es extraño entender que también disfrute de figuras de esta temática.



Sobre la acumulación, solo puedo decir que ha llegado a tal punto que o se lo regalo a mi hijo o lo vendo en una página de venta de internet. Y eso solo con el sobrante de lo que no me coge en los estantes de los muebles.



Pero a pesar de todo, con mi familia y estas aficiones, soy plenamente feliz.
Este post se lo dedico a mi amigo y compañero Antonio "el pitbull".
Un saludo desde la Oscuridad!.