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jueves, 3 de diciembre de 2009

HASTA QUE LLEGO SU HORA. El western hecho arte.


Sergio Leone se encuentra entre mis directores preferidos. Erase una vez América; El bueno, el feo y el malo son una pequeña muestra de su buen hacer. Pero la que destaca sobre manera es Hasta que llegó su hora -Once Upon a Time in the West (1968)-.Lo primero que hay que aclarar que este western no es clásico film de aventuras o acción de pistoleros. Por el contrario, nos encontramos con un western crepuscular, donde priman las motivaciones de los personajes y su desarrollo. Estamos ante actores de la talla de Henry Fonda, Charles Bronson, Claudia Cardinale y Jason Robard, entre otros. En el guión intervinieron personas tan importantes en el mundo del celuloide como Bernardo Bertolucci, Luciano Vicenzoni y Dario Argento. Con todo ello se construyó un film excesivamente largo, para su estreno se cortaron unos 22 minutos, y aún así conserva un metraje de 159 minutos. La estructura del film es como la de un buque estanco. Diversas unidades narrativas que parecen funcionar con su propia personalidad pero forman un todo al verlas en conjunto. Esto provoca, a veces, desconcierto por algunos saltos y fallos de difícil explicación. Pero ante un metraje tan denso y la posterior "tijera", facilmente comprensibles. Y aún así, estamos ante una obra maestra. La historia del ocaso de los Cowboys. Importantísima la parte final con la confrontación entre Harmónica y Frank donde se dan todas las claves que dan sentido al film. Donde, cada personaje encuentra las respuestas que busca desde el principio y su destino.
Técnicamente es fiel al estilo Leone. Fuerza visual en primeros y primerísimos planos muy largos de duración, casi estáticos. Personajes y vastos paisajes que interactúan para expresar más que con las palabras. Pero en esta, se dio el placer de homenajear al maestro John Ford. Rodando en el mítico Monument Valley algunas secuencias con el sabor del maestro. En su mayoría, se rodó en Almeria.



Los actores están a la altura de tan magna obra. Henry Fonda, que en un principio casi lo descartó Leone por su apariencia de anciano cuando lo vio por primera vez, cambió totalmente de registro cuando se vistió con el traje negro de cowboy de la película; convirtiéndose en Frank, el jefe de los pistoleros de Morton. Destaca en su primer papel de villano en un film. Un pistolero de la antigua escuela ("Soy un hombre", le dice a Hármonica; "Una vieja raza. Vendran otros Morton y la haran desaparecer" le responde Harmónica; "Si, pero el futuro no nos interesa", sentencia Frank). Un asesino frío y despiadado. En su primera aparición en pantalla, cuando él y sus hombres surgen entre la vegetación como fantasmas después de aniquilar a casi la totalidad de la familia McBain y se encuentran a un niño pequeño cara a cara-el último McBain- Leone describe este personaje de manera magistral. Cuando uno de sus hombres le pregunta: "¿Que hacemos con éste Frank?" y este responde "Ya que has pronunciado mi nombre..."; y se corta la imagen con su revolver apuntandole y sonriendo al mismo tiempo, pero con el sonido de un disparo que asevera que Frank a dado muerte al niño. Secuencia que de la que "bebe" la espectacular entrada de Darth Vader en Star Wars. Una nueva esperanza.



Charles Bronson como Harmónica. El vengador. Un personaje frio y "sin vida" cuya única motivación de vivir es vengar a su hermano. Una forma de entender la justicia abocada a la desaparición de los "tiempos más civilizados". Parco en palabras pero rápido con el revolver.
Jason Robard, en el papel de Cheyenne. Un ladrón recién fugado de prisión que se unirá a Harmónica para limpiar su nombre de la acusación de haber matado a los McBain. Nos retrata un fuera de la ley bravucón y socarrón pero con un buen fondo.



Claudia Cardinale es la viuda McBain. Mujer de vida alegre de la ciudad que se casa en secreto con McBain y llega al pueblo para vivir junto a su nuevo marido y familia. Sin saber que solo encontrará cadáveres pero si una propiedad por la que el ferrocarril va a pasar y que muchos matarán para conseguirla. Luce madura y bella sin olvidarnos que estamos en el Oeste y tiene que trabajar tanto como los hombres.


Otro punto vital de esta película es su música. Ennio Morricone compuso la banda sonora antes de que las imágenes se hubieran filmado. Dotando a cada personaje de su propio tema musical que le describe con claridad meridiana. Siendo su carta de presentación.
La película comienza con los títulos de crédito más largo de la historia del cine. 13 minutos donde tres pistoleros esperan en una estación de tren a que llegue Harmónica para matarlo. Secuencia con sonidos ambientales, casi sin diálogos y sin música. Un ejemplo de cine con mayúsculas. Y termina con el duelo entre Frank y Harmónica en otra secuencia sin desperdicio.
En resumen, un film de calidad.
Un saludo desde la Oscuridad!.